¿Qué son las 5 Leyes biológicas? 


Me limito a introducir estos descubrimientos ya que sobre ellos pueden leer en muchas otras bibliografías, incluso estas leyes están ya por todas partes. Sí me interesa hacer referencias a algunas consideraciones importantes, desde mi punto de vista, acerca de ellas. 


La Primera Ley Biológica nos permite responder a esta sencilla pregunta: ¿Por qué enfermamos? Hamer la llamó Ley de hierro.

Mediante la primera Ley, descubierta por el Dr. Hamer en 1981, podemos identificar el origen preciso de las llamadas enfermedades y saber de este modo el por qué, el qué la origina. Mediante su comprensión nos despojamos de una serie de interpretaciones que rozan con lo supersticioso, como por ejemplo la creencia infantil de que la causa es exógena o que estoy signado por la mala suerte, o que una especie de “virus”  está haciendo de las suyas con mi sistema inmune, etc. 

Ahora podemos identificar el origen real del “disparador” de un Programa Biológico de la Naturaleza sensato. Hamer llamó a este incidente DHS (Dirk Hamer Sindrom)  en honor a su hijo quien, tras su muerte producida por un suceso desafortunado y desgraciado, “inspirara” (en el sentido de impulso) al Dr. Hamer a investigar y descubrir más tarde estas Leyes Universales.

A consecuencia de un shock (incidente que nos deja tiesos, con la boca abierta, helados o petrificados) que amenaza nuestra supervivencia, de manera real o figurada, nuestro sistema autónomo toma el mando, con la intención de gestionar nuestros recursos ancestrales heredados de nuestros antepasados más remotos (filogenia), para elegir entre dos opciones básicas y de asistencia: huir o contra-atacar. Para que esta respuesta inmediata (sin la intermediación de la mente) tenga lugar, deben darse algunas condiciones más. Este shock debe ser inesperado, agudo y experimentado bajo una sensación de aislamiento o soledad. Lo inesperado es aquello que me toma por completa sorpresa, que no me lo veo venir. Lo agudo es lo intenso, filoso como una daga que halla las profundidades de nuestras entrañas más remotas. Lo vivido en soledad hace referencia a la “separación o disociación” que se experimenta en el instante mismo de estar amenazado en la supervivencia, instante mismo en el que nadie más que yo está ahí, solo y en extremo peligro, sin nadie más. 

El shock, que podemos llamar también impacto, siempre con las características previas mencionadas, enciende un programa bio-logico. Ello es así porque este programa encierra una respuesta lógica para la vida, en pos de la vida. 

Si por ejemplo, nos disponemos a cruzar la calle sin advertir que el semáforo peatonal está en rojo y, repentinamente, sentimos una frenada drástica y una bocina de automóvil sonando fuertemente cerca de nosotros, de modo automático (sistema nervioso autónomo en “on”) encenderemos las alertas del peligro, sustituyendo la capacidad de pensar una solución por la capacidad innata y arcaica de ejecutar una de dos acciones: huir o contra-atacar. Claro que aquí no hay contra-ataque posible, para ello se encenderá el sistema simpático inundando de adrenalina y de cortisol nuestro organismo (mediante una inyección/explosión de estas hormonas), habrá vasoconstricción, consiguiente aumento del ritmo cardíaco, y nuestros músculos estarán listos para ejecutar, lo que nos permitirá, en el mejor de los casos, dar un salto de hasta 4 metros para regresarnos a la acera. Esta respuesta, gestionada eficientemente y con carácter de asistencia, por nuestro sistema autónomo, nos habrá salvado la vida.

Luego consideraremos una tercera posibilidad de respuesta ante un shock, que se suma a la de huir y contra-atacar. Esta tercera opción es la de parálisis (Paralización/inmovilización/hacerse el muerto). En ella existen consideraciones particulares que mencionaremos más adelante. Cada una de estas respuestas son alternativas de soluciones posibles e inmediatas. 

Lo cierto es que percibimos el mundo de manera muy distinta, condicionada por nuestras más íntimas y arraigadas experiencias de base, sean en nuestros primeros años de vida, incluso intra-uterinamente, lo que determinará un conjunto de patrones y de condicionamientos muy específicos y personales. Es así como aquello que denominamos “la realidad” es subjetivo. Esto resulta de importancia porque no todo suceso de la realidad puede ser interpretado por los seres humanos de igual modo. Esta subjetividad dará una respuesta única y supeditada a mi percepción más visceral de determinados sucesos traumáticos. Incluso en algunos casos no serán interpretados como shocks, por lo que nada sucederá.

Veamos el siguiente gráfico diseñado por Nicolas Barro:

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La percepción individual de una situación de shock inesperado, determinada por nuestras creencias, nuestros condicionamientos, nuestros valores y nuestras expectativas, determina el “cómo vivo” esta situación. De esta parte del proceso se encarga la PSIQUE. El “Cómo lo vivo” será interpretado inconscientemente por nuestro cerebro, que encenderá, en consonancia interpretativa con esta percepción, un Programa Biológico de la Naturaleza con pleno sentido para ASISTIR al individuo ante esta situación INESPERADA que amenaza con su supervivencia.



La Segunda Ley Biológica nos remite a un proceso, bio-lógico que consta de dos fases. La Ley Bifásica 

Esta ley nos regala la comprensión de saber que aquello que llamamos enfermedad no es más que un proceso. Un proceso que tiene dos fases bien determinadas, siempre que la situación de tensión que ha encendido el Programa Biológico reconozca la posibilidad de hallar una solución total o parcial.

Veamos el siguiente esquema readaptado por Mark Pfister – Escuela de Formación Profesional en 5 Leyes Biologicas y Ciencias Biol-ógicas Integradas: 

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Podemos ver que el PROGRAMA SBS se inicia con el denominado DHS, que ya hemos mencionado en la primera ley. Esta activación o Re-activación, originada por un shock de características específicas, da origen a la primera fase del Programa denominada Fase Activa (FA). Esta fase está coordinada por el subsistema autónomo simpático, por lo que también es denominada Simpaticotonía. Esta Fase es llamada también Fase Fría.

La segunda fase del Programa se inicia con la Conflcitolsis, (CL) que es el momento preciso en que se arriba a una solución del conflicto que dio origen al programa. Esta segunda fase se denomina Fase de Reparación (PCL) y consta de dos momentos. El primero es denominado PCL-A y el segundo es denominado PCL-B. Entre ellos se encuentra la Crisis Epileptoide (CL). La Fase de Reparación está coordinada por el subsistema autónomo parasimpático o vago, por lo que se denomina Vagotonía.  Esta Fase es llamada también Fase Caliente.

Por ejemplo podremos ver que durante la activación, Fase activa de un Programa específico, a nivel psíquico habrá tensión emocional y constante pre-ocupación por el “conflicto” experimentado. A nivel neuro-vegetaivo habrá insomnio, falta de apetito, ritmo cardíaco acelerado, extremidades frías, entre otros. A nivel cerebral podremos ver Focos de Hamer activos (Configuración anular en forma de diana en el centro de control del órgano afectado-visible en una TAC sin contraste). La localización estará determinada por el contenido del shock (experimentación subjetiva biológica). De acuerdo a la intensidad y/o duración de la tensión, podremos ver una variación del tamaño del FFHH (Foco de Hamer). Por último, a nivel orgánico, a dependencia de si se trata de cerebro antiguo o cerebro nuevo (lo veremos más adelante en la 3era. Ley y en el apartado “Los 4 cerebros”), podremos ver aumento de función y proliferación celular, o reducción de función  y decremento celular, respectivamente. 

En cambio en la Fase de Reparación o Vagotonía (Segunda Fase del Programa Biológico) nos encontraremos con el momento en donde aparecen la mayoría de los síntomas físicos y clínicos. A nivel psíquico sentimos una sensación de alivio y bienestar. A nivel neuro-vegetativo podemos experimentar una extensión del ritmo noche, sueño, fatiga, debilidad, disminución de la presión arterial y extremidades tibias. A nivel del cerebro podemos ver la presencia de un edema cerebral (agua), dolores de cabeza y mareos. Y por último, a nivel orgánico, calor, dolor, temperatura, dilatación, expansión. A dependencia de si se trata de cerebro antiguo o cerebro nuevo (lo veremos más adelante en la 3era. Ley y en el apartado “Los 4 cerebros”), podremos ver reducción de función y disminución celular de lo que antes había proliferado y ya no es necesario, o aumento/recuperación de función  y proliferación celular/regeneración tisular de lo que antes se había reducido, esto respectivamente.  En esta Fase experimentaremos cansancio, mayor apetito, más necesidad de reposo y descanso. 

Recordemos que esta segunda fase consta de dos momentos: PclA y PclB. Durante la PclA existe mayor retención de líquidos, y una intensificación de los síntomas antes mencionados. Durante la PclB habrá eliminación de líquidos (sudor y orina) y reducción de los síntomas en una tendencia hacia la normalización paulatina. 

La Crisis Epileptoide (CE) que divide la PclA de la PclB es el mecanismo del Programa encargado de restaurar el organismo, fundamentalmente permitiendo la contracción suficiente y necesaria para la reducción del edema cerebral que se acumula durante la PclA. En la CE retornamos, brevemente, aunque de manera más aguda, a la Fase Activa (Simpaticotonía). Siempre existe en esta Crisis más FA. 

Luego de la finalización de la PclB (final de la Segunda Fase) existe un último tramo del Programa que es el retorno a la Normotonía, donde encontramos cicatrizaciones, encapsulamientos, calcificaciones o enquistamientos. Aunque las dos fases han terminado ya, debe considerarse a este último tramo como parte del SBS.



Con la Tercera Ley Biológica podemos identificar la correlación entre la psique, el cerebro y los distintos tipos de tejidos embrionarios. La Ley del sistema ontogenético de los Programas Biológicos de la Naturaleza

La Tercera Ley Biológica une los descubrimientos de las dos primeras leyes y explica la correlación entre la psique el cerebro y el órgano dentro del contexto del desarrollo embrionario (ontogenético) y evolutivo (filogenético) del organismo humano. Muestra que ni la localización de los FH en el cerebro, ni la proliferación celular (tumor) o la pérdida de tejido (necrosis, ulceración) que siguen a un DHS, son accidentales, sino que son parte de un sistema biológico inherente a toda especie.

Para comprender mejor esta ley debemos definir algunos conceptos.

Ontogenia: Es la historia del cambio estructural de una unidad sin que ésta pierda su organización. Este continuo cambio estructural se da en la unidad, en cada momento, o como un cambio desencadenado por interacciones provenientes del medio donde se encuentre o como resultado de su dinámica interna.

La ontogénesis es una recapitulación abreviada e incompleta de la filogénesis. Esta última es un fenómeno histórico complicadísimo, que resulta de numerosos procesos de herencia y adaptación (Ernst Haeckel). La ontogénesis se refiere a los procesos que sufren los seres vivos desde la fecundación hasta su plenitud y madurez.

Filogénesis: Fenómeno histórico complicadísimo, que resulta de numerosos procesos de herencia y adaptación, desde la primera forma de vida hasta la actual. Se ocupa de los cambios y evolución de las especies.

Si tuviéramos que remontarnos a los orígenes más ancestrales de la humanidad encontraríamos organismos vivos muy primitivos. incluso colonias de microorganismos preexistieron. 

Con el descubrimiento del Dr. Hamer de esta ley podemos distinguir claramente cómo se modifican los tejidos orgánicos según el momento (Fase)  del Programa Biológico en el que nos encontremos. 

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Veamos como queda la integración de la 2da. y 3era. Ley Biológica en el siguiente esquema:


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La Cuarta Ley Biológica nos habla de la importancia de reconocer en los microorganismos el rol benéfico en la reparación de nuestros tejidos. La Ley del Sistema ontogenético de los microorganismos.

El sistema ontogénico de los microbios y su rol beneficioso en la fase de reparación.


Durante los primeros 2,500 millones de años, los microbios eran los únicos organismos que habitaban la Tierra. Eventualmente, los microbios habitaron gradualmente al organismo humano en desarrollo. La función biológica de los microbios era mantener los órganos y tejidos en un estado saludable. Durante todas las épocas, microbios como bacterias y hongos, han sido indispensables para nuestra supervivencia

Los microbios son endémicos, solo se encuentran en una ubicación geográfica muy concreta y fuera de esta ubicación no se encuentran en otra parte.  

Los microbios viven en simbiosis: «la vida en conjunción de dos organismos disimilares, normalmente en íntima asociación, y por lo general con efectos benéficos para al menos uno de ellos».  Anton de Bary. 

De este modo comprendemos que el concepto de un sistema inmunológico, visto como un sistema de defensa contra los “microbios patógenos” se torna sin sentido.

Dado el propósito de coexistencia del hombre y los microbios, la Nueva Medicina identifica a los hongos, las bacterias y los virus como aliados leales que son indispensables para nuestra supervivencia.

Según la Cuarta Ley Biológica, los microbios no pueden ser más considerados la causa de las “enfermedades infecciosas”. Con el entendimiento que los microbios no causan enfermedades sino que juegan un rol benéfico en la fase de curación, el concepto de un sistema inmunológico, visto como un sistema de defensa contra los “microbios patógenos” se torna sin sentido.

La forma en que los microbios ayudan al proceso de curación está en completa concordancia con la lógica de la evolución.

Los microbios son nuestros aliados pues se ocupan de reparar daños en la fase de vagotonía. ¿Increíble verdad? Así sucede tras una orden cerebral que convoca a los hongos, virus y bacterias, solicitando su intervención en el proceso curativo.

Veremos en el gráfico que sigue, ahora que comprendimos las tres primeras leyes, cómo estas se van integrando y conformando una ciencia contundente y muy precisa.

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Mediante la Quinta Ley Biológica, la última pero no por ello la menos importante, el Dr. Hamer nos presenta el Sentido Biológico. La Quinaesencia.

El Sentido Biológico no es otra cosa que la sensatez, la coherencia en el marco de la Naturaleza. La Quintaesencia, como también llamó Hamer a esta Ley, postula que toda enfermedad es parte de un Programa Biológico Especial creado para asistir a un organismo (humanos y animales) a resolver un Shock emotivo ​que atenta con su supervivencia.

La “enfermedad” es la mejor solución que nuestro cerebro ha encontrado para un conflicto dado en pos de la supervivencia de la especie.

“En verdad que estos desabrimientos nos ofrecen un panorama completamente diferente al que estamos acostumbrados como pacientes. Puedo observar en esta Nueva Medicina una propuesta clara y concreta que nos invita abandonar el miedo que nos inunda ante las enfermedades para proveernos así de una claridad de mente, de emociones y de espíritu que nos permita restaurar la armonía en todo plano, devolviéndonos así el control nuevamente de nuestras vidas en un camino de búsqueda de sentido.” 

“Debido a que cada ser humano nace con estos antiguos programas, ahora nos referimos a ellos como: "Programas Especiales de la Naturaleza con Pleno Sentido Biológico", en clara oposición al término "enfermedad", el cual implica desorden o mal funcionamiento del organismo y se entiende como un error de la naturaleza. Son, por lo tanto, programas absolutamente sensatos. De hecho, no hay nada de "maligno" o "benigno" en todo esto, únicamente procesos útiles.”

Dr. Ryke Hamer

Tomando en cuenta nuestro conocimiento de la evolución del hombre, el Dr. Hamer descubrió que en el curso de varios millones de años de evolución cada área cerebral fue programada con ciertas respuestas biológicas (programas de emergencia) a situaciones de shock/trauma que pudiesen poner en riesgo la supervivencia del grupo o de las especies. 

Me imagino que estarás sorprendido ante la comprensión de estas Leyes. Sin duda se trata de un aporte científico sin precedentes en la medicina y espero que muy pronto podamos tener a esta nueva lupa como la principal herramienta en la gestión de la salud.


Es posible salir de la hipnosis en la que estamos 

inmersos, cuando tomamos la responsabilidad 

 plena e ilimitada de ser libres electores 

de nuestra relación con la salud plena."

 Ali Al Hakim